CAPRICHO #463: Atún a la putanesca

 


Y para terminar esa magnífica pieza de atún de un poco más de un kilo, un plato de esos de mojar pan sin misericordia: ATÚN A LA PUTANESCA.  El nombre de la salsa se las trae así como su origen. Por un lado se cuenta que era la salsa para la pasta que preparaban las prostitutas de Nápoles a mediados del siglo XX para reponer fuerzas entre citas en las noches frías del invierno y que, como sus clientes solían ser marineros, las anchoas que éstos les regalaban pasaron a formar parte de la elaboración de dicha salsa. Otra versión cuenta que el plato fue creado por Sandro Petti para unos clientes que a tardías horas de la noche le solicitaron un plato de pasta y echó mano de los ingredientes que tenía en ese momento, vamos, un plato de fondo de despensa en toda regla.

El caso es que la salsa está espectacular y es súper fácil de hacer. Vamos a necesitar:

- 1 diente de ajo

- 1 guindilla

 - 1 o 2 pimientos del piquillo

- 2 tomates maduros

- 3 o 4 cucharadas de salsa de tomate

- 6 anchoas

- 10 alcaparras

- perejil

- aceitunas negras

- aceite de oliva

- sal y pimienta

Y claro está, el atún. Yo utilicé los 4 listones resultantes de haber recortado el atún para las recetas anteriores de TATAKI DE ATÚN y del TIMBAL DE ATÚN CON PIMIENTOS.

Comenzamos calentando aceite en una sartén donde incorporamos la guindilla y el ajo muy picadito. Dejamos que coja algo de color y añadimos los pimentos del piquillo también picaditos. Seguimos rehogando. Añadimos los tomates muy picados y dejamos que vaya haciéndose a fuego lento. Podemos añadir algo de azúcar para quitar acidez.  Cuando esté casi hecho incorporamos la salsa de tomate, las anchoas muy picaditas, las alcaparras, el perejil picadito y dejamos que haga chup chup para que se integren todos los sabores. Añadimos sal, si la vemos precisa ya que lleva anchoas, y un poco de pimienta negra molida.

El atún lo hacemos a la plancha, con un poco de sal y lo hacemos bien.  Al emplatar, colocamos el atún y encima la salsa y las aceitunas. Y ya está, sólo queda volverse loco con la barra de pan.

  

Aquí, el Señor Atún



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