Esta receta no tiene ningún misterio, ni es difícil de hacer, su elaboración es tan simple como el mecanismo de un chupete. Sirvió de tapa, acompañada de una cervecita, mientras se asaba el capricho #150. Hacía tiempo que tenía en la despensa una latita de sardinitas ahumadas, una conserva que nunca habíamos probado en casa, así que nos decidimos a abrirla, sacamos las sardinitas, las abrimos por medio y les quitamos la raspita, las colocamos en unos panecillos tostados y les pusimos por encima un poquito de mermelada de tomate, ¡está rico, rico estos panecillos de sardinitas ahumadas con mermelada de tomate!
Comentarios
Un beso
un besin!