CAPRICHO #456: Croquetas de patatera con miel (#conlamielenloslabios TS)



¡Por fin estamos en mayo! ¡Ya mismo llega el veranito! ¡Yupiiiiiii! ya van quedando atrás los fríos aunque este año, la primavera anda toda loca perdida y los armarios hechos unos batiburrillos. Aún así, mayo es un mes precioso, el mes de María, el mes de las flores, de esas que vuelven locas a la abejita Maya y a sus compañeras. Y a propósito de miel, este mes, el equipo de La Cocina TS nos invita a participar con recetas que incluyan en su elaboración la miel. ¿Sabíais que la miel es el único alimento que no se deteriora ni caduca? Sus múltiples cualidades son conocidas y apreciadas desde la Antigüedad.



Los pasados meses de Noviembre y Febrero tuve la oportunidad de visitar Extremadura  y si Galicia, en su momento me robó el corazón, esta vez esta Tierra de Barros me ha robado el alma.Además del inmenso patrimonio cultural, su gastronomía no se queda atrás, es sencillamente ES-PEC-TA-CU-LAR: Torta del Casar, Pimentón de la Vera, embutidos, jamón ibérico, Morcilla de Guadalupe y esos vinos que nos hablan del silencio y de la tierra. Con los años, nuestras maletas ya no vuelven llenas de souvenirs que luego andan dando tumbos por la casa, nos hemos vuelto más sibaritas y ahora nuestro coche vuelve con aromas de la tierra, ecos de los días disfrutados.

Entre estos ricos manjares no podían faltar un buen tarro de Miel D.O. Villuercas-Ibores y varias tripas de patatera curada o fresca. Equivocadamente se la denomina morcilla patatera aunque en realidad no lleva sangre. Se elabora en las matanzas, con la grasa del cerdo y puré de patatas, de color anaranjado, por ese maravilloso Pimentón de la Vera,  y recuerda a la sobrasada pero de paladar más suave. Untado sobre pan con un hilo de miel quita las tapaderas del sentido así que ¿por qué no hacer una croquetas de patatera con miel?

Necesité lo siguiente:
  • una cebolla mediana
  • 100 grs. de patatera fresca
  • 1 c.s. de miel D.O. Villuercas-Ibores
Para la bechamel:
  • 100 grs.. de harina
  • 50 grs. de mantequilla
  • 50 grs. de aceite de oliva virgen extra
  • sal, pimienta y nuez moscada
  • 500 ml. de leche
 Para el rebozado:
  • harina
  • huevo
  • pan rallado
Empecé sofriendo la cebolla, cortada en brunoise muy chiquitita con un poco de sal. Una vez bien pochada, añadí la patatera y la desmenucé con la cuchara, mezclé bien y añadí la miel. Aparté.

Para la bechamel, en un cazo con la mantequilla y el aceite, tosté la harina y, a continuación, añadí la leche poco a poco, removiendo sin parar para ir dejando la bechamel cada vez más fina. Añadí la sal, la pimienta y la nuez moscada. La idea era conseguir una bechamel muy densa.

Una vez lista, le añadí el sofrito que tenía reservado, mezclé homogéneamente y volqué en un recipiente plano, tapé con film transparente y reservé toda la noche en el frigorífico.

Al día siguiente, fue sacando pequeñas porciones y pasándolas por harina, huevo y pan rallado, dándole forma. Y ya estaban listas.

A mí me gusta congelarlas después e irlas friendo recién sacadas del congelador, para que no me exploten, así consigo un doradito exterior precioso y un interior a temperatura idónea.

Ésta es mi aportación a la iniciativa de este mes del grupo pero no podéis perderos el resto de recetas muy pero que muy ricas que han preparado el resto de mis compañeras. ¡Buen provecho!

Comentarios

rosa ha dicho que…
siempre me apunto a unas buenas croquetas y éstas seguro que me van a enamorar
besos
Rosa
Aquí se cuece jugando ha dicho que…
¿Unas croquetas de patata? ¿Con miel? Qué originales y que buenas deben estar.
tapitas y postres ha dicho que…
Que curiosa combinación, no se me ocurriría echar miel a unas croquetas, pero vamos que lo pruebo seguro! Besos!