Esta receta surgió del intento de añadir un plato más en el menú de mis hijos. No es más que la cazuela de patatas de toda la vida, pero con pinchitos morunos. Para empezar, en una cazuela, sofrío una cebolla bien picadita y dos dientes de ajo; cuando están hechas incorporo 1/2 kg. de pinchitos morunos, que compro ya aliñados en la carnicería, y los rehogo. Añado cuatro o cinco patatas grandes peladas y picadas gordas y el agua; rectifico sólo de sal ya que las especias de los pinchitos ponen el resto y lo pongo a cocer a fuego suave.
En una sartén aparte, frío pan y después almendras, los paso con la batidora y le añado un chorrito de vino blanco. Lo incorporo a la cazuela y dejo cocer hasta que las patatas están tiernas. Mis hijos, cuando pequeños, la llamaban "papa de pinchitos".
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