Este plato es algo entretenido, pero el resultado vale la pena. Necesitamos unos 20 mejillones, los limpiamos de barbas y adherencias y los cocemos en una cacerola con un poco de vino blanco, el zumo de un limón, añadiéndole el limón estrujado y una hoja de laurel. Los tapamos hasta que se abran, luego les retiramos la carne y reservamos las conchas.
Picamos muy finos 1 cebolla, 1/2 pimiento rojo, 2 dientes de ajo y los ponemos a pochar en una sartén, agregando sal y una guindilla de cayena; cuando este bien pochado, retiramos la guindilla y añadimos la carne de los mejillones bien picada y 2 cucharadas de salsa de tomate y cocinamos brevemente y dejamos templar. Una vez templado, rellenamos 1/2 conchas de las que teníamos reservadas con la farsa.
En una sartén, con un poco de aceite, rehogamos 2 cucharadas de harina, cuando esté hecha, vamos añadiendo 1/2 litro de leche tibia, sin dejar de remover, disolviendo los grumos; añadimos sal, pimienta, perejil y un poco de nuez noscada y esperamos que espese.
Con esta bechamel todavía caliente, cubrimos las medias conchas con la farsa y dejamos que se endurezca. Cuando esté frío, pasamos los mejillones rellenos por harina, huevo y pan rallado y freímos en abundante aceite bien caliente, escurrimos sobre papel absorvente y ¡listos para comer!
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