
Así fue cómo lo hice: para empezar, compré un solomillo de cerdo bien grandote, pesó más de 1 kilo y lo abrí con el cuchillo haciendo un gran filete (necesité 4 cortes longitudinales, como desenrollando la pieza). A continuación lo salpimenté, cubrí con lonchas de queso cheddar y, por último coloqué un buen puñado de pasas, arándanos deshidratados, orejones cortados a trocitos, pistachos, nueces y avellanas picadas y escurridas que había tenido macerando en brandy con antelación. El brandy lo reservé.
Una vez todo colocado, enrollé el solomillo con cuidado y lo até con cordel de cocina, lo coloqué en una fuente de horno, lo salpimenté y pincelé con aceite de oliva. Lo introduje en el horno, precalentado a 180º y dejé que se hiciera hasta que estuvo doradito. A media cocción, lo regué con el brandy que tenía reservado.

Lo hice el sábado para el domingo, para que se enfriara bien y poder cortarlo en rodajas, que por cierto, salieron perfectas, despues las calenté en el microondas. Los jugos que soltó al asarse los vertí en un cazo con vino dulce para que redujera e hiciera una salsita rica para napar luego.
Lo serví acompañado de verduritas salteadas y con la salsita. La carne estaba jugosita y los sabores muy potentes.
Comentarios
Un beso
Besos
bssss!!!
Muchísisima suerte en el concurso!